Licenciado en Filología

Baja la demografía, sin personal nos quedamos, la culpa la tiene Ibarra, según afirma Floriano. Con tan poca población, perdemos un diputado: ¡es precisa más pasión, mayor furor ciudadano! Políticas sexuales urgentes necesitamos: animar al personal, convocar al entusiasmo, recalentarles la sangre, estimularles el ánimo, llevarles a la coyunda, al calentón necesario, a la embarazosa cópula, al ayuntamiento humano. Un gobierno tan erecto, con Inhiesta/Vara al mando, buen paquete de medidas, debería presentarnos, que anime a los extremeños, y a la extremeña dé ánimo. Y si no tienen ideas, aquí algunas brindamos: páguese media semana, de placer y de descanso, a los mozos y a las mozas, en hoteles de gran rango, como una ayuda social, que acabe con el fracaso y hágase con personas, que den la talla en el tajo, y puedan en el futuro, decir que nos repoblaron.

Seguidamente se afronten, medidas serias, con gancho: la viagra salvadora, que dicen mano de santo, ha de darse libremente, a aquellos caducos machos, que por escaso interés, o por excesivo paro, encuentran desentrenada, la herramienta de trabajo. Y si conveniente fuera, recuperar al anciano: doble ración de viagra ha de llegar a sus manos, que muchos no refocilan, por natural menoscabo. Todos los jóvenes nuestros, han de cumplir como bravos: para ello nada mejor, que firmar varios contratos con moteles y pensiones, en donde, sin sobresaltos, se entreguen a la coyunda, y al contentamiento humano, como en su día propuso, un rijoso ya cesado. Si no fuera suficiente, a los claustros acudamos y a los curas y las monjas, personal muy concienciado, pidamos humildemente, que nos echen una mano. Que nunca más esta tierra, pierda otro diputado. Ejérzanse estas medidas, y que Ibarra y Floriano adviertan la viga propia, dejen la paja a un lado, y, bizarros extremeños, hagan también su trabajo.