TLta ejecución del llamado Pacto de la Justicia no está resultando fácil. Ya fue difícil conseguir el pacto en sus términos globales, y ahora se observa la resistencia de los dos grandes partidos a hacer cesiones. Ha sucedido con el Poder Judicial, finalmente constituido, y cuyo presidente Carlos Dívar , se ha visto envuelto en la controversia final de si era o no aceptable por los propios integrantes "progresistas", que lo han visto excesivamente religioso y practicante. Pero, de parecida manera, se viene comprobando la dificultad de llegar al final de esa mis a renovación en el Tribunal Constitucional, en el que el PP se ha empeñado en situar a dos de sus más conocidos elementos del anterior Consejo del Poder Judicial, su presidente, Francisco José Hernando y su portavoz, Enrique López .

Ambos hicieron uso de sus viejas atribuciones para ejercer, no tanto su independencia, sino su alineamiento con el PP que los propuso. Se teme que en el nuevo TC hará lo mismo, con el inconveniente para ellos mismos de que las opiniones expresadas con anterioridad ya los invalidan, por ejemplo, para participar en el debate y votación del Estatut catalán. De manera que, según ponen de relieve en medios jurídicos, la nueva composición del TC podría encallar ahora en esta renovación del TC, la segunda parte del acuerdo alcanzado por Zapatero y Rajoy . Y entre tanto, se están agotando los plazos para que el Senado elija a los cuatro nuevos magistrados.

El PP ha propuesto los mismos dos nombres, Hernando y López, en la mayor parte de las comunidades autónomas en las que tienen representación para hacerlo. ¿Hará alguna clase de veto final, por parte del PSOE, a dos candidatos que se han mostrado beligerantes y hasta agresivos con el PP en los años precedentes, desde otra institución como el Consejo del Poder Judicial? Hasta la fecha, el portavoz socialista en el Congreso, José Antonio Alonso se ha limitado a anunciar que estudiará con lupa las propuestas, y ha recordado que se exige que los integrantes del TC sean juristas de reconocida competencia. Se da el caso de que Enrique López es juez de instrucción, nada más.

¿Tal vez se transija por la aceptación de Hernando y se descalifique a López, como fórmula intermedia? Hay otra sospecha que manejan los socialistas: que el PP esté forzando la situación para que sea finalmente el actual tribunal, sin esperar a su renovación, la que termine de resolver los recursos --del PP, o del Defensor del Pueblo, entre otros-- sobre el Estatuto de Cataluña. Se entiende que la actual composición del TC no es favorable a las posiciones del PP, pero que lo será más con su futura composición.

En todo caso, a las críticas del partido socialista, sin duda interesada se añaden las de sectores independientes, que ven con desolación que se repite la historia: las dos instituciones clave en la organización del Poder de los jueces y de la interpretación de la Constitución, nacerán de nuevo con idéntico fallo: repetirán la composición del Congreso de los Diputados, y verosímilmente, volverán a ser mini Cámaras en las que se repetirán las mayorías y minorías del Congreso, con desprecio a los criterios de independencia de cada integrantes.

*Periodista.