La pastelería Plata ha dejado a más de un fan de los célebres pitisús de chocolate con la miel en los labios porque ha echado el cerrojado sorpresivamente después de 19 años de sacrificado, pero dulce trabajo. Al menos para los más golosos que todavía ayer no daban crédito. "Son 19 años trabajando desde las cinco de la mañana para no cerrar hasta las nueve de la noche" explica José Luis del Amo, el maestro de la crema, que ha visto llegado el momento cuando tocaba hacer reformas y el local de la calle del Rey se queda pequeño.

Aprovecha para decir que el cierre al tráfico no le ha beneficiado de cara a los encargos, pero con 30 años de oficio puede presumir de que sus empanadas o sus tartas de hojaldre se venden solas y ahora se piensa si reabrir en otra parte. "De momento me voy a tomar un tiempo de descanso". Es una esperanza para la clientela que todavía ayer llamaba para hacerle encargos.