La escritora madrileña Almudena Grandes presentará a las ocho de esta tarde su última novela, Los besos en el pan , en la librería El Quijote. Los besos en el pan es una obra actual, al margen de su serie Episodios de una guerra interminable . La autora vuelve así a Plasencia, después de haber pasado, hace algunos años, por el Aula de Literatura José Antonio Gabriel y Galán.

--¿Qué le ha llevado a publicar una novela como Los besos en el pan ?

--Cuando planifiqué la serie Episodios de una guerra interminable en el año 2008, este país era un país riquísimo, y ya entonces sabía que haría una novela sobre los años del hambre. Lo último que me podía imaginar era que en 2014, cuando Las tres bodas de Manolita salió, los titulares serían tan parecidos a lo que cuenta la novela.

--¿Qué tiene en común la realidad con Manolita ?

--Un empobrecimiento radical de la sociedad, situaciones como desahucios, casas ocupadas --Manolita se va a vivir a un edificio en ruinas--, familias donde era un problema enorme que alguien enfermara, niños con dificultades para ir al colegio, paro... Todo lo que contaba la novela era lo que pasaba a diario.

--Y de ahí el salto al presente

--Todos los columnistas nos hemos sentido muy obligados a interpretar la crisis; yo tenía mis propias teorías. Pensé en mi abuelo, que vivía en el mismo barrio que yo, y que si yo lo trajera a ahora y le dijera: "Fíjate qué crisis tan horrorosa", mi abuelo se echaría a reír, porque esto no le parecería una crisis.

--¿En qué sentido?

-- España ha cambiado radicalmente en los últimos veinte años; pero ha cambiado porque nosotros, que somos mucho más ricos materialmente que nuestros abuelos, que hemos ido a la universidad y que hemos viajado por el mundo, hemos perdido una riqueza que ellos tenían, una forma de vivir la pobreza con dignidad. Antes en España la pobreza no era humillante, no era vergonzosa, no era culpable. Todo eso lo hemos perdido en estos años en los que nos han convencido de que íbamos a ser ricos para siempre. España se ha ido convirtiendo en un país muy... muy desagradable, bajo la máxima de que felicidad es igual a consumo, y hemos perdido los vínculos con nuestro propio pasado.

--¿Qué necesidad hay de esos vínculos con el pasado?

--Son lo que más nos ayudaría a soportar lo que se nos ha venido encima. Por eso elegí un título del pasado, porque a mí me enseñaron a besar el pan de pequeña. Tengo la sensación de que esta crisis lo que ha supuesto es, para muchos, comprender por qué nuestros abuelos nos enseñaron a besar el pan.

--¿Y cuál es esa razón?

--El pan es una metáfora no sólo del alimento, es una metáfora del bienestar, de las condiciones mínimas de la dignidad de la vida de las personas. Cuando nuestros abuelos besaban el pan, estaban teniendo muy presente el hambre que habían pasado en la guerra y en la posguerra: apreciaban lo que poseían. Nosotros no usamos las cosas hasta que se rompen, las cambiamos, ya no se arreglan, ya no se reparan.

--¿Cómo se sitúa Los besos en el pan en su trayectoria como escritora, es una obra aislada?

--Si se me hubiera ocurrido un libro que no tuviera nada que ver con la serie, que no tuviera ninguna coherencia con lo que he hecho y seguiré haciendo, a lo mejor lo habría escrito, pero no lo habría publicado. Pero aquí, los abuelos, protagonistas de los Episodios , mantienen a la familia con las pensiones, y fortifican a sus nietos, dándoles herramientas para comprender lo que les ha tocado vivir.

--¿Enseñarles a soportarlo?

--Es gente que no se ha rendido, gente que había dicho que no a la dictadura. Mis personajes se han puesto en marcha y están resistiendo, con gestos tan sencillos como intentar ser feliz con cinco como antes han sido felices con diez. La perspectiva es la misma, es una novela de supervivientes a la posguerra de la crisis. Lo que llamamos crisis ha sido una guerra, y la hemos perdido. Ha sido una guerra de los especuladores financieros contra la soberanía y la democracia; unos señores a los que ni siquiera nos imaginamos que se dieron cuenta de que vivíamos demasiado bien para el dinero que podrían ganar si viviéramos peor. Tiene mucho que ver este libro con los Episodios .

--Pero no se puede considerar un Episodio como tal

--Abre otro camino, es un ejercicio distinto. Esta crisis dará grandísimas novelas; esta es una mirada urgente, instantánea, sobre la sociedad. La literatura no produce estas miradas, necesita que los procesos se sedimenten. En ese sentido sí ha sido un experimento, un pie a tierra en el presente. Lo he escrito con mucha necesidad y con mucha rabia.