Otro autobús urbano fue apedreado la noche del viernes cuando hacía su ruta por La Esperanza. Es el tercero en menos de un mes que sufre estos actos vandálicos, aunque en este caso las piedras no rompieron ninguna luna --como sí pasó en los dos anteriores-- porque chocaron contra la chapa de uno de los laterales, según contó ayer el portavoz de la cooperativa de autobuses, Rufino Vázquez.

De nuevo, sucedió en la misma zona, el cruce de Dolores Ibárruri con Miguel de Unamuno y ocurrió sobre las diez de la noche, en que el conductor no llevaba pasajeros. Aún así, Vázquez insistió en el peligro que supone tanto para el conductor como para otros vehículos que circulen por la zona, ya que "la sorpresa y el susto que te llevas pueden hacer que te despistes y des un volantazo".

Así, el portavoz de la cooperativa se lamentó de que las pedradas hayan vuelto porque "creíamos que ya estaba solucionado", ya que en las ocasiones anteriores pidieron vigilancia policial y desde finales de febrero hasta el viernes no se habían repetido. Ahora, volverá a pedir ayuda al edil de Seguridad para poder pillar a los autores --que cree que son menores-- in fraganti.