Hasta 200 enfermos de cáncer y familiares reciben apoyo de la delegación local de la Asociación Oncológica Extremeña (AOEx). Lo que un grupo de personas voluntarias iniciaron hace cuatro años se ha convertido en una gran familia donde además, "casi las 200 personas son también voluntarias porque, o colaboran de alguna manera o, solo con su experiencia, ya ayudan a otros".

Lo explica María Eugenia Miranda, miembro de la directiva de la delegación local, que destaca la atención que reciben tanto los enfermos como sus familiares porque "el paciente vive la enfermedad, pero el familiar también la sufre y mucho".

Por eso, uno de los servicios que ofrecen a sus asociados es la ayuda de voluntarios de cuidados paliativos, cuya tarea consiste en "proporcionar cuidados a los afectados y a la vez, un poco de descanso al cuidador que está constantemente con ellos".

Pero no es la única ayuda que prestan a quien convive con el cáncer, ya que también disponen de varios psicólogos y de una trabajadora social y han puesto en marcha un taller de manualidades y, en breve, quieren ofrecer también otro de pilates, un curso de maquillaje que dará una afectada y también otro de recetas de cocina porque "cuando los enfermos reciben la quimioterapia, generalmente comen muy mal y necesitan nutrientes", señala Miranda.

Sin embargo, el comienzo de estos talleres está aún a expensas de que terminen las obras que está desarrollando la Junta en su sede de Valcorchero y que la asociación calcula que estarán acabadas en un mes. Como explica Miranda, el edificio "se utilizaba antes como residencia de menores y ahora se ha tirado todo para poder contar con un salón para los talleres y despachos para los psicólogos, para que puedan tener intimidad" . Por eso, de momento, han tenido que trasladarse a un espacio provisional, también ubicado dentro de la residencia Valcorchero.

Con todo, los afectados que forman parte de la asociación resaltan que "nos ayudan mucho y, aunque es duro, la gente debe saber que del cáncer, se sale".