La historia de Pepe es una historia triste, pero de superación, con un final triste, pero que sus dueños han reconvertido en una iniciativa solidaria con los perros que la protectora de animales tiene recogidos y cuida en la perrera municipal.

Pepe era un perro que Francisco Javier Santiago y Alicia Cabrera, vecinos de la urbanización Valcorchero, compraron en una tienda en Cáceres "porque le vi en unas condiciones que, si no le compraba se iba a morir. De hecho, estaba con su hermana y esta a los pocos días falleció", cuenta Javier. Con el paso de los años, tuvo que pasar dos veces por el cáncer, tenía una otitis crónica y se quedó paralítico. "Pero no tenía dolores y unas ganas de vivir increíbles, así que apostamos por él y le compramos una silla de ruedas que le encantaba. Salía disparado".

Por Pepe, su mujer llegó a cambiar sus horarios de trabajo y la familia se volcó porque tenían que darle de comer y beber. Sus amigos le pidieron a Javier que escribiera su historia y él rellenó más de 80 páginas con el título de Mi amigo Pepe . Pero finalmente, Pepe falleció el 6 de octubre pasado de una torsión de estómago.

A esto se suma que el matrimonio lleva ocho años montando un belén en un local de su propiedad en la misma calle donde viven. Normalmente, lo abren a los vecinos y amigos, a quienes invitan a verlo mientras se toman unos dulces navideños. Pero este año y "como una forma de recordar a Pepe haciendo una buena acción", se les ha ocurrido abrir el nacimiento a toda la ciudad.

Así, desde el día 13 y hasta el 7 de enero, de 18.30 a 21.30 horas, todo el que quiera podrá pasar por el número 8 de la calle Félix Rodríguez de la Fuente y ver su monumental nacimiento. Pero también colaborar con otros perros como Pepe, a los que la protectora de animales cuida en la perrera municipal.

Porque en el belén habrá una hucha y por cada euro que donen los visitantes, el matrimonio pondrá otros dos. Casa Tomás, Supremo, Sediaco Mari Santos, Clínica Veterinaria San Antón y Gráficas Arroyo les ayudarán con los dulces y bebidas y quien pase podrá ver un belén con figuras de 45 a 50 centímetros, ropas transformadas por su mujer y casas de más de un metro de alto. Además, tiene cuatro momentos de iluminación gracias al trabajo de Juan Carlos Juanals, amigo de la familia.