Cascotes y más cascotes. Eso es lo que se han encontrado en la parcela del Berrocal en la que el Ministerio del Interior está levantando la nueva comisaría de la Policía Nacional. Un contratiempo, según ha reconocido la Delegación del Gobierno, pese a lo cual, insistió ayer, "ni ha paralizado las obras, ni supone un incremento del presupuesto ni ha obligado a hacer modificaciones del proyecto".

Mientras a pie de obra no se aprecia actividad, según la promotora, porque las empresas adjudicatarias "administran el tiempo como consideran y están en plazo" y solo admitió que "se están dando las soluciones técnicas para adaptarse a las características del suelo". Un solar que escondía una escombrera, lo que deja en tela de juicio el estudio previo del terreno, aunque la Delegación del Gobierno no dio más detalles y solo quiso garantizar que la comisaría estará lista en el primer trimestre del 2009.

Aunque parece obvio que a más excavación y más cimentación, más costes, Araplasa -- la adjudicataria en UTE con Eco Restauraciones y Martil Cordero-- no ha querido ofrecer ninguna información remitiendo a la promotora. Después de la feria, la delegada del Gobierno, Carmen Pereira, realizará una visita de inspección a las obras, según confirmó ayer su gabinete.

Llama la atención que el solar en cuestión no es el primero que cedió el ayuntamiento al ministerio, sino el segundo. Según el acuerdo de pleno que lo modificó el 30 de mayo del 2005, a petición del propio ministerio que lo consideró más idóneo por su accesibilidad. Ambos eran de uso dotacional y se ubicaban en la misma finca municipal. La primera piedra se puso el 3 de diciembre del 2007 con una inversión de 2,6 millones de euros y quince meses de ejecución.