Macrofiesta privada con menores. Es la que se celebraba la noche del martes en un local de la calle Navaconcejo, en el Rosal de Ayala, el antiguo bar Sabor Latino, donde la policía local sorprendió a más de 130 menores consumiendo alcohol y hacinados, dado que el aforo es menor. Lo confirmó ayer la concejala de Interior, Sonia Grande, que agradeció la colaboración ciudadana y el trabajo policial y pidió una mayor supervisión a los padres.

Según explicó la edil, la actuación de los agentes tuvo lugar en torno a las 00.30 horas, en que la policía recibió el aviso de los vecinos "de jóvenes que parecían menores y entraban y salían del local con vasos llenos de bebida". Hay que recordar que el consumo de alcohol en la calle está prohibido desde el 2011 cuando se suprimió el botellón . Al llegar al local, los agentes pudieron comprobar cómo estaba lleno de jóvenes, la mayoría menores den entre 14 y 17 años, y consumían alcohol en lo que parecía una fiesta privada.

La concejala subrayó que, además de consumir alcohol, algunos presentaban "mareos, malestar físico y falta de respiración". Grande señaló además que el local lo habían alquilado varias jóvenes al propietario "para este tipo de fiesta" y por 200 euros, pero el dueño ha afirmado que desconocía que se trataba de menores de edad y "no ha aportado documentación de a quién se lo alquiló". La policía estudiará, a través de los servicios jurídicos, si es posible achacarle alguna responsabilidad por no haber comprobado que lo eran.

La policía busca además a las organizadoras de la fiesta --se invitó a 160 personas según Grande por whatsapp y otros medios-- e investiga quién les proporcionó el alcohol, una acción sancionada con hasta 30.000 euros de multa. Una de las hipótesis que maneja es la de que fueran mayores de edad quienes compraran la bebida.

Más de 40 botellas encontraron los agentes en el local, sobre todo de vodka, ron y ginebra y también litronas.

La policía ha identificado a una quincena de jóvenes y avisará a sus padres al tratarse de menores. Se enfrentan a una sanción administrativa por beber alcohol en la calle, que según la Ley de Convivencia y Ocio de la Junta, puede llegar hasta los 300 euros.

La concejala aprovechó ayer para hacer un llamamiento a los padres y pedirles "una mayor supervisión de los jóvenes y mayor responsabilidad por parte de todos" para que no se produzcan sucesos como el del Madrid Arena. Insistió en agradecer la colaboración vecinal y en subrayar la rápida actuación policial.