Después de múltiples quejas e incluso de colocar un cartel en tono jocoso de protesta por la "desidia municipal" sobre la boca de riego, los vecinos han conseguido que el agua deje de manar sobre el acerado. La empresa abrió ayer la calle durante toda la mañana, por lo que fue necesaro cortar la avenida al tráfico de vehículos y los vecinos tuvieron que permanecer sin agua desde aproximadamente las diez de la mañana hasta la una del mediodía.