Los astronautas estadounidenses volverán a viajar hacia y desde la Estación Espacial Internacional a bordo de naves espaciales propias, aunque explotadas por capital privado. La NASA ha seleccionado a Boeing y SpaceX para transportar tripulaciones de EEUU a la estación espacial mediante el sistema CST-100 y la nave tripulada Dragon, respectivamente, con el objetivo de poner fin a la dependencia de Rusia para este cometido en el 2017.

"Desde el primer día, Obama dejó claro que la nación más grande de la Tierra no debe depender de otras naciones para viajar al espacio", dijo el administrador de la NASA, Charlie Bolden, en el Centro Espacial Kennedy. Bolden añadió que ceder estas misiones a la industria privada permitirá a la NASA centrarse en otra más ambiciosa, "enviar humanos a Marte", informa Europa Press.

Los contratos incluyen al menos una prueba de vuelo tripulado por empresa con al menos un astronauta de la NASA a bordo para verificar que el sistema de cohetes y naves espaciales integrado puede ponerse en marcha, maniobrar en órbita y acoplarse a la estación.