El avión de Continental Airlines cuyo piloto murió en pleno vuelo entre Bruselas y Newark (Nueva Jersey, EEUU) aterrizó ayer con normalidad en ese aeropuerto estadounidense.

El vuelo llegó a Newark, uno de los tres aeropuertos que prestan servicio internacional a Nueva York, con absoluta normalidad, después de que dos pilotos en reserva asumieran el mando del Boeing 777 que cubría la ruta entre Bélgica y Estados Unidos.

El aeropuerto de Newark había puesto en marcha un dispositivo de emergencia para recibir con prioridad a la nave, en la que viajaban 247 pasajeros y que había salido del aeropuerto de la capital belga a las 9.54 hora local.

El capitán, de 60 años, murió por causas naturales y contaba con 32 años de experiencia como piloto de Continental, según dijo una portavoz de la aerolínea, que inicialmente había difundido por error que tenía 61 años de edad.

Hasta hace poco más de un año los pilotos de aviones comerciales sólo podían ejercer su trabajo en Estados Unidos hasta los 60 años, pero en diciembre de 2007 se aprobó una ley que ampliaba la edad de jubilación obligatoria de estos profesionales hasta los 65 años de edad.