TUtna amiga sostiene que los mejores culos de Extremadura se ven en Plasencia y Cáceres, mientras que los de Badajoz no llegan a tanta perfección. Basa su teoría en lo siguiente: en Plasencia, en Cáceres y en Badajoz se acostumbra a peregrinar andando hasta la ermita de las respectivas patronas, pero mientras la Virgen de Bótoa mora en un llano, la de la Montaña y la del Puerto están en un alto y bien sabido es que las cuestas perfeccionan los glúteos. Intrigado por conocer el secreto de los estilizados traseros placentinos, ascendí el sábado a la Virgen del Puerto. Lo hice por la carretera, no por el camino viejo, y era un reguero de mozas y mozos sudorosos afanados en el ascenso.

Nalgueando, nalgueando, subía la cuesta e iba encontrando semejanzas entre el Puerto y la Montaña: en ambos casos hay vacas en las fincas del camino y en las dos calzadas (algo más estrecha y peliaguda la placentina) hay aceras en el lado izquierdo del ascenso. Pero en Plasencia no hay chalés en la carretera, al llegar al santuario encuentras aseos en perfecto estado y gratuitos, no cabinas portátiles de pago como en Cáceres, y en el interior de la iglesia suena agradable música sacra. En cuanto a las posaderas, he de confesar que lo que vi era excelente, aunque la teoría de mi amiga me parece aventurada pues conozco a irreverentes con nalgatorios sublimes y a devotos de ancas lamentables. Además, si lo de las cuestas fuera cierto, no habría en Extremadura mejores culos que los de Cañaveral: allí tienen una tan empinada que la llaman calle del Espinazo.

*Periodista