La policía ha desarticulado en Sabadell a una banda de origen brasileño a la que atribuye estafas millonarias a víctimas de toda España con rituales de brujería, santería y videncia. El grupo de falsos curanderos anunciaba sus servicios insertando publicidad en la prensa local y a través de buzoneo en domicilios. Hasta el momento han sido arrestadas siete personas. La operación sigue abierta.

La Policía Nacional de Sabadell y el Grupo de Delincuencia Económica de la Jefatura Superior de Barcelona, que han llevado a cabo la operación, informaron ayer de que con este sistema los estafadores lograron sumas de dinero "imposibles de cuantificar" hasta ahora, pero en cualquier caso muy elevadas.

Sólo en Navarra, el botín supera el millón de euros, y 60.000 euros en Sabadell, donde ha habido siete denuncias. Los investigadores han detectado timos en Terrassa, Tarragona, Pamplona, Jaén, Oviedo y Burgos, y sospechan que "muchos estafados no denuncian por vergüenza o por temor a represalias".

Los detenidos estaban en situación irregular en España y tienen mayoritariamente lazos familiares. Jone M. T., de 40 años, Melinda C., de 24, Leonardo C. K., y Lilia M., ambos de 27, Olga M., de 58, Marta C., de 57 y Sonia M., de 49, tenían montada una compleja infraestructura para hacer creíble que podían resolver cualquier problema sentimental y personal, o curar enfermedades físicas, el mal de ojo y las depresiones.

"EL MAL PASA AL DINERO" Los hombres alquilaban los pisos y vehículos y organizaban la publicidad; las mujeres ejecutaban la supuesta adivinación y sanación, e incluso clases de espiritismo durante periodos breves. En cuanto algún cliente sospechaba, desaparecían sin dejar rastro.

Las consultas, llamadas altares y situadas en pisos alquilados, reproducían la escenografía más convincente y escabrosa: animales muertos y objetos típicos como caracolas, muñecos, velas, dientes o cabellos. Los estafadores iniciaban un tratamiento con sus clientes, y acababan siempre pidiéndoles cantidades de dinero según su capacidad económica alegando que "el mal pasa al dinero", dijo la policía.