El arzobispo de Toledo, Antonio Cañizares, consideró ayer un "retroceso grande y muy grave" que cada menos de cuatro minutos haya un divorcio en España y criticó que aún se quiera "facilitar más el divorcio, la ruptura de la familia".

Cañizares presidió la Eucaristía celebrada en la Iglesia de Santo Tomé antes de que partiera de esta parroquia, a la que hoy hizo una visita pastoral, la procesión del Corpus Chico , a la que asistió el alcalde de Toledo, José Manuel Molina.

El arzobispo dijo que Dios quiere misericordia "en favor del hombre, que está tan amenazado por esta quiebra de moralidad que existe actualmente en nuestra sociedad y por el olvido de Dios".

"Dios quiere que mostremos en el seguimiento de Cristo nuestra misericordia en favor de todos aquellos que se ven amenazados por familias destrozadas", añadió el arzobispo, que señaló que cómo no se puede "sentir piedad y misericordia de este mundo nuestro en estos momentos, cuando se hace público que cada menos de cuatro minutos se produce un divorcio en España".

Cañizares, que preguntó si eso es modernidad, si eso es avance, respondió que es "todo lo contrario", un "retroceso grande, muy grave, con unas consecuencias incalculables para el futuro del hombre y la sociedad, y aún se quiere facilitar más el divorcio, la ruptura de la familia".

Manifestó que "así, ciertamente, no caminamos hacia un logro de humanidad, sino hacia una quiebra de la misma", pues, "cuando la familia queda dañada de esta manera, cuando no cuenta lo que es el amor en el matrimonio indestructible entre un hombre y una mujer abierto a la vida, cuando tan fácilmente se lleva a cabo la separación y la ruptura, no hay un futuro para la humanidad".