Castilla, como telón de fondo las más de las veces, y la lengua castellana, en la más pura y sencilla expresión de sus gentes, han sido utilizadas siempre por José Jiménez Lozano, especialista en mística española, para defender la libertad y el humanismo. Tras publicar títulos como Historia de un otoño (1971), El sambenito (1972), La salamandra (1973) y Sobre judíos, moriscos y conversos (1982), obtuvo su primer gran reconocimiento público en 1988 con el Premio Castilla y León de las Letras, al que sucedió el Premio de la Crítica de 1989 por El grano de maíz rojo . En 1992 fue distinguido con el Premio Nacional de las Letras. Jiménez Lozano recibió en 1989 el Premio Castilla y León de las Letras por el conjunto de su obra y por el mismo concepto en 1992 el Premio Nacional de las Letras Españolas.