La pretensión del cardenal Antonio María Rouco Varela de presentarse a la reelección como presidente de la Conferencia Episcopal Española (CEE) para seguir al frente de los obispos durante tres años más, a pesar de que en agosto cumplirá 75 años y tendrá que presentar su renuncia al Papa como arzobispo de Madrid, fue recibida ayer como una afrenta por los representantes de distintos colectivos de católicos de base. Los consultados coinciden en reclamar cambios en la Iglesia española.

Juan José Tamayo, catedrático de Teología y Ciencias religiosas de la Universidad Carlos III y portavoz de la Asociación de Teólogos Juan XIII, cree que la voluntad de continuidad de Rouco, que ayer adelantaba este diario, "era previsible. Su permanencia al frente de episcopado forma parte de la estrategia de asegurar la continuidad del integrismo diseñada conjuntamente entre el Vaticano y Rouco". Para Tamayo, "Benedicto XVI necesita al cardenal gallego para que la Iglesia española no se desmande y apueste por una línea más moderada o abierta".

El catedrático de Teología sostiene que el hecho de que últimamente se haya convertido en algo habitual el cubrir las vacantes episcopales que se registran en las diócesis con obispos jóvenes y muy conservadores obedece a la estrategia de garantizar la pervivencia "del nuevo conservadurismo varias décadas".

Para Raquel Mayavibarrena, del colectivo de cristianos de base Somos Iglesia, resulta "chocante que una persona a punto de cumplir los 75 años se presente a la reelección. Como siempre echamos en falta la falta de participación y de democracia en la Iglesia para que los obispos no sean nombrados sino elegidos", sostuvo.

DE ESPALDAS A LOS CREYENTES "No creo que deba ser reelegido. Entre los obispos no hay ninguna mujer, es una cuestión de varones y no participa para nada el pueblo creyente. No se entiende como sigue reteniendo tanto poder en la Iglesia española", dice José María García-Mauriño, portavoz del movimiento Cristianos por el Socialismo. García-Mauriño considera que el purpurado no representa al conservadurismo, sino que se ha convertido en un avalista de la línea que preconiza que la Iglesia dé marcha atrás y liquide las conquistas del concilio Vaticano II.

Evaristo Villar, portavoz de Redes Cristianas y del Foro de Curas de Madrid, reprocha a los obispos "no haber caído en la cuenta de que todos los sondeos los sitúan a la cola de todas las instituciones en España y que el camino que están siguiendo es diametralmente opuesto al del progreso social".

Según Villar, mantener al frente de la CEE a Rouco "es uno de los factores de esta pérdida de credibilidad pública. Guardan, al menos en Madrid, un absoluto silencio ante la crisis social. Se han convertido en un búnker conservador rodeado de los movimientos más integristas. También ignoran a la base crítica".