"Cumplir 100 años no es mucho". Son las escasas palabras que ayer pronunció Lucas Alonso el día de su cumpleaños. Un siglo de vida que ha visto pasar en Villanueva de la Serena, donde ayer junto a sus familiares recibió de manos del alcalde una tarta y una placa de recuerdo.

"Quiero dar las gracias al alcalde por el detalle y al pueblo de Villanueva por las infinitas muestras de cariño a mi padre". Eran las palabras de su único vástago varón, Lucas Alonso "hijo" que este mes está de doble cumpleaños puesto que la Hermandad de Nuestra Padre Jesús Nazareno y Nuestra Señora del Calvario de la que es hermano mayor cumple 180 años de su fundación.

Una coincidencia de nombre y apellido que siempre ha servido de confusión entre progenitor y vástago. "En Villanueva, el que es mayor y pregunta por Lucas Alonso sabe que es el padre, pero de otras generaciones siempre preguntan ¿padre o hijo?".

Lucas Alonso "padre" es el fundador de una de las dos imprentas más antiguas de la localidad, la que lleva su nombre que durante años regentó en la calle Lares. De sus 100 años de vida, además, fue juez de paz durante 32, y sacristán de la iglesia de la Asunción durante 30. Este último cargo le permitió entrar en contacto con la ingente cantidad de archivos de esta parroquia, desaparecidos. "Es un gran conocedor de todos esos hechos y tiene una gran memoria, de forma que ha servido para que mucha gente pueda aclara muchas cosas". Actividades todas que le convirtieron en un personaje conocido de la localidad.

Este centenario abuelo enviudó muy joven, cuando su hijo Lucas tenía tan sólo 5 años, por eso, entiende que se convirtió para él en un compañero y un amigo. Tiene otras dos hijas, cinco nietos, y el primer biznieto que está de camino y que todos esperan que conozca. Es el más longevo de su familia, sus hijos sólo recuerdan una tía que llegó a cumplir más de 90 años. Todos ellos lo celebrarán juntos el sábado, cuando se reúnan con el resto de familiares que viven fuera de la localidad.

Uno de los momentos más tristes para este hombre centenario fue el traslado de la imprenta que había fundado el 9 de mayo de 1940 de la calle Lares hasta su actual ubicación. "A él le dolió mucho pero son circunstancias que la vida nos pone ahí y hay que tirar para adelante".

De su padre, sólo recuerdan haberle visto poniéndose una inyección, lo que da idea de la salud de hierro que siempre le ha acompañado. Incluso ahora con su edad, su hijo sólo habla del agotamiento propio de sus años. "Normalmente le ponemos el aparato de radio y se pasa el día escuchando, aunque duerme muchas horas, y es muy meticuloso en sus horarios de comidas". Ayer, a buen seguro, disfrutó convirtiéndose en protagonista en esas ondas.