Un equipo de 40 cirujanos empezó ayer en Dallas (Tejas, EEUU) una compleja intervención para intentar separar a Ahmed y Mohamed Ibrahim, dos niños egipcios que nacieron unidos por la cabeza. Los médicos asumen los enormes problemas de la separación, incluida la posible muerte de uno o de los dos hermanos, pero insisten en que mantener la situación le provocaría una pérdida progresiva de ciertas funciones, además de los lógicos problemas para llevar una vida normal.

Ahmed y Mohamed, nacidos el 2 de junio del 2001 en Quz (sur de Egipto), llevan más de un año ingresados en el Centro Médico Infantil de Dallas a la espera de la operación. Está previsto que la intervención, iniciada ayer por la tarde, dure entre 18 y 48 horas.

Los pequeños tienen dos cerebros, pero sus cráneos están unidos superficialmente por un complejo entramado de venas que renuevan la sangre. Y su reconstrucción será justamente el principal problema, según explicó ayer el doctor Kennet Salyer, jefe del equipo médico. Los siameses también comparten una pequeña porción de superficie cerebral, pero los médicos confían en poder dividirla sin causar graves daños.

La intervención es la primera de este tipo que se realiza desde la fallida separación de las hermanas iraníes Laleh y Ladan Bijani, de 29 años, fallecidas en julio pasado. Pero los médicos consideran que su corta edad da a Amhed y Mohamed mayores posibilidades de sobrevivir.