España ha acortado distancias con Europa en cuanto al gasto social dedicado a las familias y niños, pero aún ocupa el penúltimo lugar de la Unión en este terreno: destina un 0,7 por ciento de su PIB frente al 2,1 por ciento de la media europea. Así lo refleja el último número de Cuadernos de Información Económica de la Fundación de las Cajas de Ahorro (FUNCAS), divulgado hoy, en un artículo sobre la posición de los niños en el sistema de bienestar social en España, firmado por la socióloga Lourdes Gaitán.

La experta en políticas sociales de la infancia de la Universidad Complutense de Madrid aboga por "un nuevo pacto generacional" entre los adultos en edad de trabajar, los mayores en edad de retiro y los menores, para asegurar los costes asociados a la crianza de niños a través de la responsabilidad colectiva. Según los datos expuestos por Gaitán, el capítulo familia/niños ha registrado un promedio anual de crecimiento, entre 2000 y 2004, de un 2,2% en la Europa de los 25, mientras en España alcanzó el 9,2% de aumento, cantidad superior a la media europea, pero inferior al esfuerzo de países como Chipre (26,1) o Irlanda (13,6).

En concepto de gasto en protección a la familia e infancia, España ocupa el penúltimo lugar: 3,5 frente a un 7,8 por ciento en Europa en relación al gasto total, y 0,7 por ciento frente al 2,1 por ciento en proporción sobre el PIB. Pese a que España ha ido acortando distancias con la media europea en cuanto a los beneficios sociales para la familia e infancia -en 1994 la diferencia era de 5,9 puntos porcentuales y en 2004 fue de 4,3 puntos-, "ello no ha evitado que continúe en las posiciones rezagadas entre los países de la UE en este concepto".

Basándose en un informe del profesor Jonathan Bradshaw, Lourdes Gaitán afirma que España figura en el grupo de países "rezagados" junto a Grecia, Portugal, Japón y Nueva Zelanda. En el grupo de los "líderes" se encuentran Austria, Luxemburgo y Finlandia. Concluye que con el anuncio de los 2.500 euros por nacimiento de hijo, los niños han aparecido "una vez más como apéndices y cargas familiares y se ha perdido la ocasión" de resaltar la importancia de que toda la sociedad tome parte de responsabilidad en su propia reproducción, y del derecho de los niños a un mínimo de bienestar.