Pese a la oposición de Italia y el anuncio francés de que hará nuevos estudios antes de autorizar su cultivo, el Gobierno español defendió ayer que la patata transgénica autorizada por Bruselas es inocua para el medio ambiente y para la salud. La secretaria general de Medio Rural, Alicia Villauriz, subrayó que la Comisión Europea ha autorizado la plantación del tubérculo genéticamente modificado para producir almidón para la industria papelera después de "un proceso extenso de casi cinco años" a lo largo del que se han realizado las "evaluaciones científicas" necesarias.

Villauriz descartó que en España el cultivo vaya a tener "interés" o "trascendencia". El Ministerio de Medio Ambiente y Medio Rural cree que la patata Amflora no se va a cultivar en territorio español porque no existe una industria papelera de peso que la demande. La multinacional alemana BASF ha pedido de momento su plantación en la República Checa y Alemania.

Organizaciones ecologistas y de consumidores y la agrupación agraria COAG se han opuesto a la autorización. Critican que se haya tomado esta "grave" decisión "sin considerar ni la opinión pública ni la seguridad, con el fin de complacer a la mayor empresa química del mundo". La vicesecretaria general de la Unión de Pequeños Agricultores (UPA), Montserrat Cortiñas, reclamó, por su parte, la redacción de una "normativa de coexistencia, que evite la colisión de intereses entre productores".

REACCION A LOS ANTIBIOTICOS Al contrario que en España, la decisión europea provoca apasionados debates en Italia, país donde una ley prohíbe cultivar transgénicos. "Mientras yo sea ministro, seguirá así", dijo ayer Luca Zaia, titular de Agricultura, informa Rossend Domènech. Francia, antes de decidirse, ha pedido un informe al alto consejo de biotecnologías sobre la resistencia de la patata a los antibióticos, informa Elianne Ros.