La tendencia a que los niños elijan y compren lo que comen cuando no están en la escuela, y su creciente opción por alimentos muy grasos aunque poco nutritivos, son dos de los factores que han convertido a España en el país europeo con un mayor índice de obesidad infantil.

Un 14% de los españoles menores de 18 años sufren esta enfermedad incurable, una cifra que en los últimos cinco años ha crecido de forma "muy grave", alertó ayer el doctor Juan Soler Ramon, presidente de la Sociedad Española de Endocrinología. "Un 80% de esos niños serán obesos de adultos, con un riesgo muy alto de padecer diabetes y patologías cardiovasculares", añadió.

La ausencia de facilidades para que las madres que trabajan compatibilicen su horario con la preparación de menús, el exceso de horas que pasan frente al televisor y sin moverse, y la composición poco saludable de la comida de producción industrial, son otras causas de esta situación.

"Estamos frente a un estilo de vida que se ha convertido en un problema de salud de solución compleja --afirmó el médico--. Los niños han perdido su patrón alimenticio: muchos pasan semanas o meses sin probar el pescado, las legumbres, la fruta y la verdura. La mayoría toma menos de un 15% de sus calorías diarias en el desayuno, algo que favorece el fracaso escolar".

Poner freno a esta obesidad exigirá intervenir en los momentos críticos en que suele desencadenarse, afirmó otro especialista.