Empezaron sus abuelos, luego sus padres y actualmente, el placentino Jesús Muñoz Pascual mantiene la tradición belenista de su familia, con la ayuda además de su mujer, su hija y su yerno. Juntos colaboran para aportar ideas y elaborar piezas a mano, en un trabajo laborioso que preparan desde dos meses antes de la Navidad, pero que les recompensa. "No se trata de presentarlo a ningún concurso sino de la satisfacción de acabar algo que empiezas. Además, son muchas las personas que vienen a verlo a casa, familia, amigos y conocidos y yo todos los días me pego el gustazo de verlo", cuenta Jesús.

En una época en la que proliferan los belenes, tanto de organismos públicos como privados y de particulares, el suyo destaca por el trabajo que conlleva y por la tradición y colaboración familiar. "Desde que tengo uso de razón ha habido un belén en mi casa, yo se lo veía hacer a mi padre y a mi madre y sé que mis abuelos también lo hacían". De hecho, conserva en su belén un misterio de su madre "por una cuestión sentimental".

Pero si buena parte de los belenes de particulares están montados a base de figuras o construcciones compradas, en la casa de Jesús Muñoz lo que prevalece es la elaboración artesanal y el trabajo conjunto. "Esto es un equipo. Yo solo no podría hacerlo, tienes que aunar fuerzas. Yo pongo las ideas, mi mujer Rosa se encarga de los detalles y de elaborar las piezas porque tiene muy buena mano, mi hija Rosa le ayuda y mi yerno Jesús se encarga de la instalación eléctrica".

Así, Jesús confiesa que hacer un belén como el suyo "tiene su miga". Empiezan en el mes de octubre y "lo vamos haciendo poco a poco porque lo primero es poner los tableros donde después irán las piezas". De estas se encargan madre e hija, que han confeccionado construcciones típicas a base de poliespán y escayola, al igual que una montaña con un circuito cerrado de agua. También se encargan de buscar tierra del mismo color de los edificios y cuidan hasta el más pequeño detalle porque tienen hasta una chumbera elaborada a base de pipas de calabaza, una fuente creada a partir de un tupperware y hasta preparan un huerto sembrando lentejas.

Así, no hay duda de la afición de esta familia por los belenes --Jesús dice que ya está pensando en el del próximo año-- y la hace extensiva a toda la ciudad. "Aquí en Plasencia hay mucha afición al belén", dice, por eso tiene una idea en mente: "Lo suyo sería hacer una ruta de belenes por la ciudad y que la gente pudiera verlos porque hay belenes en el ayuntamiento, el obispado, las cofradías podían montar uno en Santo Domingo... Estamos a ver si aunamos fuerzas y nos organizamos un poco". Mientras tanto, muestra su belén artesanal a todo el que quiera verlo.