Pese al carácter secundario de su papel, ayer se convirtió en protagonista. Marcos García Fernández, uno de los acusados de encubrir a Brito y Picatoste, no se presentó en el juicio que se inició el lunes en la Audiencia de Barcelona.

El tribunal, que decretó su detención e ingreso en prisión al entender que el acusado se ha fugado, suspendió ayer la vista a la espera de que hoy pueda tenerse alguna noticia sobre su paradero. Su incomparecencia, si se prolonga, puede suponer un serio revés para el desarrollo de la vista.

El fugado se enfrenta a una petición fiscal de cuatro años de prisión (tres por un delito de encubrimiento y uno por quebrantamiento de condena) y se encontraba en libertad al igual que los otros cuatro acusados de ayudar a los dos prófugos.

Presuntamente, García está acusado de facilitar a Picatoste una casa donde instalarse cuando no regresó a la cárcel tras el permiso penitenciario de 48 horas concedido para ver a su familia.

En ese momento, según reconocieron los propios acusados, ya sabían que Picatoste iría a un hospital de Lleida el 14 de octubre del 2001 para ayudar a fugarse a Brito