El Gobierno holandés decidió ayer prohibir la venta de setas alucinógenas, después de que en los últimos años hayan aumentado los incidentes derivados del consumo de hongos, de 55 en el 2004 a 129 el año pasado. Todos se produjeron en el centro de Amsterdam y casi siempre los protagonistas eran jóvenes turistas fuera de sí tras consumir estas setas psicotrópicas. Una francesa de 17 años incluso murió al lanzarse de un puente. El consumo de las setas frescas --las secas ya estaban vetadas-- causa delirios y alteraciones de conducta. Actualmente, los hongos se venden en los 180 smart shops de Holanda. El sector y el Ayuntamiento de Amsterdam han criticado la medida.