La devastación causada por el huracán Félix ha sido mayor de lo que se calculó inicialmente. A su paso por Nicaragua, ha causado más de 130 muertos, un centenar de desaparecidos, 100.000 damnificados, y más de 18.000 desplazados, según los datos del Gobierno nicaragüense y la ONU, que ha pedido ayuda humanitaria con urgencia. Un avión con cinco toneladas de productos sanitarios y de emergencia de la Agencia Española de Cooperación Internacional (AECI) partió ayer de Madrid.

La situación en el Caribe norte nicaragüense, por donde entró el ciclón en el país el pasado martes con vientos de 250 kilómetros por hora, es mucho peor que las primeras estimaciones oficiales, que calculaban en 50.000 el número de afectados. El Gobierno de Managua señaló que la situación es "caótica" y requiere "atención inmediata".

La Región Autónoma del Atlántico Norte declarada en "estado de desastre", es agreste y pantanosa y en las actuales circunstancias es casi imposible el acceso directo a la zona, cuya población, de 200.000 personas, permanece aislada. Solo se puede llegar por aire o por mar porque las carreteras están cortadas y los ríos están desbordados.