Los padres de Madeleine McCann, la niña inglesa desaparecida hace dos años y medio en Portugal, han sido víctimas de un falso agente secreto. El empresario británico Kevin Halligen ha estafado 300.000 libras (333.000 euros) al fondo que gestiona la ayuda para encontrar a la pequeña. No solo los McCann le buscan ahora; también intentan localizarlo numerosas otras personas que han sido engañadas por Halligen, incluida una joven que se casó con él sin saber que ya tenía una esposa.

Halligen, que se presentó como consultor en asuntos de seguridad, recibió 500.000 libras para poder obtener información con sus supuestos contactos en las redes del espionaje mundial. El dinero se transfirió a su compañía, Oakley Internacional, con sede en Washington. La suma debía retribuir su trabajo y el de un equipo de detectives privados contratados por él, que aún esperan ser remunerados. Henri Exton, un antiguo jefe de operaciones secretas de la policía británica, es uno de los que no ha visto un penique de las 100.000 libras que le adeuda.

"ESTILO JAMES BOND" El impostor prometió a los McCann obtener imágenes tomadas con satélites y las listas de las llamadas telefónicas realizadas la noche en que desapareció Maddie, pero lo único que aportó fue "una imagen de Google Earth", señala alguien que la ha visto. Ante los desesperados padres se presentó tratando de dar "una imagen de intriga y misterio, actuando como si fuera un espía al estilo James Bond", según un amigo de la familia.

El estafador, que utilizó parte de los fondos de Madeleine para costearse un tren de vida de multimillonario, con vuelos en primera clase y vacaciones en hoteles de lujo, se halla en paradero desconocido. El FBI le anda buscando por otro fraude de 1,3 millones de euros. Lo último que se sabe de Halligen es que viajó a Roma para un viaje, tras lo cual no regresó a Washington.

Con un historial que parece un guión de Hollywood, Halligen ha engañado durante 20 años a las altas instancias de los servicios secretos del Reino Unido y de EEUU. El falso 007 se ganó la confianza de importantes miembros de la inteligencia británica, que ahora andan también sobre su pista. Hace dos años llegó incluso a organizar una falsa boda, a la que asistió la elite de las fuerzas de seguridad de la capital norteamericana, incluso un asesor de Obama. La boda estuvo oficiada por un actor, contratado por el novio, que además tiene una esposa en el Reino Unido.

"Está claro que este hombre vio a una familia vulnerable que atravesaba una situación horrible y en lo único en lo que se fijó fue en que había gente que ofrecía dinero para ayudar a encontrar a Madeleine", dijo Stephen Dorrell, el parlamentario de la circunscripción en la que viven los McCann.