TEtn el bar Morisco no se hablaba ayer de otra cosa que de Jonás, de Miguel Angel y de Benito. El bar Morisco está en Salvatierra de Santiago y sirve un vino muy rico de pitarra, añejo y de la cuba. Jonás es el marido de la alcaldesa del PP y, además, juez de paz del pueblo. Benito es concejal socialista y Miguel Angel, un vecino que ha saltado a la fama porque el juez Jonás lo citó en el juzgado, pero no para impartir justicia, sino, literalmente, "para darle de hostias". Salvatierra, hasta ahora, tenía fama por su vino del tejado, que se cura en botellas negras que se sitúan bajo las tejas. Y en cuanto a violencias, la única que se conocía en el lugar tenía que ver más con el huevo que con el fuero. Sí, porque el lunes de Pascua se celebra en la ermita de la virgen de la Estrella, patrona del pueblo, la fiesta de la Pica, cuya gracia consiste en que lo romeros llevan huevos cocidos, los hacen chocar entre sí y al que se le rompe primero, pierde y se queda sin huevo.

Sin huevo no se va a quedar el juez Jonás, pero sí sin mil euros que va a tener que apoquinar porque el Consejo General del Poder Judicial, entre las asesorías de Liaño y las excedencias de Garzón, ha tenido que tratar el enjundioso tema de las hostias de Jonás y ha resuelto multarlo con mil euros por abuso de poder. El juez cree que todo es una argucia del PSOE y en el bar Morisco no salen de su asombro: nunca se hablaba de Salvatierra a pesar de su hospital de peregrinos y su monumental casa del Cristo y ahora, ya ven, famosos en España entera. Y todo por unas hostias.