Los habitantes de Malibú se habían acostumbrado al olor de las cenizas que dejaron en la zona los devastadores incendios que arrasaron en octubre el sur de California. Pero ayer, de madrugada, ese olor dio paso, otra vez, al del fuego intenso y el humo. La tierra volvió a arder, el cielo se tiñó de nuevo de rojo y un incendio que se inició hacia las 3.30 horas volvió a amenazar la lujosa localidad vecina de Los Angeles. A media mañana ya había devastado 890 hectáreas, forzando la evacuación de medio millar de hogares en tres comunidades diferentes y la organización de un centro de emergencia en un instituto local. Entre 10.000 y 14.000 personas habían sido evacuadas.

En las primeras horas de actividad del fuego, 35 casas, incluida la mansión de 7 millones de euros de un músico de los Red Hot Chilli Peppers, habían quedado reducidas a cenizas, y otras 500 estaban amenazadas. Y la pesadilla --que en octubre se cebó más en el sur del estado y dejó daños relativamente menores en Malibú, con 9 viviendas destruidas-- volvía a avivarse.

Como en aquellos incendios de octubre, los vientos de Santa Ana, procedentes del desierto, empujaron el fuego, cuyo origen se desconocía al cierre de esta edición. Soplaban a velocidades de hasta 80 km/h y hacían que el fuego se moviera "en todas las direcciones", según explicaba a la cadena de televisión CNN Sam Padilla, uno de los jefes de bomberos del condado de Los Angeles, quien empleaba una gráfica imagen para describir el incendio: "Es como si hubiera un secador de pelo echando aire sobre una antorcha".

"A MERCED DEL VIENTO" Mike Brown, otro de los reponsables de los bomberos, confesaba a la agencia Associated Press que estaban "a merced del viento" y admitía que el incendio estaba "absolutamente fuera de control". Mientras, las autoridades llamaban a los ciudadanos a mantener la alerta incluso cuando amainara el viento (algo previsto para hoy, aunque también se anticipa que volverá a soplar el martes). El supervisor del condado de Los Angeles, Zev Yaroslavsky, definía la amenaza del fuego como "peligrosa y dinámica".

La combinación de los vientos de Santa Ana con la sequedad atmosférica de los últimos días había llevado el viernes al servicio meteorológico nacional a hacer saltar las alarmas, y gracias a esa advertencia se movilizaron más medios de los habituales. Ayer en la lucha contra el incendio de Malibú participaban 750 bomberos, 45 camiones, 10 helicópteros y dos aviones.