Las autoridades de Tailandia investigaban ayer el estatus legal y las medidas de seguridad de la discoteca de Bangkok en la que murieron 60 personas a causa del voraz incendio ocurrido pocos minutos después de la llegada del Año Nuevo y que dejó unos 240 heridos, de los que al menos 54 permanecían ayer en estado grave, según los datos de los hospitales.

El subdirector general de la policía, Jongrak Juthanon, dijo a la prensa que las investigación se centra en saber si el incendió lo causó una traca de petardos organizada por los responsables del local para celebrar el Año Nuevo, o fue un cliente el que la introdujo y le prendió fuego.

El incendio ocurrió poco después de la medianoche, y devoró por completo la discoteca Santika.

Los supervivientes han relatado que las llamas surgieron tras escuchar los truenos de un espectáculo pirotécnico. Hasta el cierre de esta edición, la policía no había localizado al dueño de la sala de fiestas contra quien prepara una acusación formal por permitir la entrada en local nocturno a una menor de edad que se encuentra entre las víctimas mortales.

Los agentes examinan también el estatus legal de la discoteca, que según fuentes policiales citadas por el diario Bangkok Post , estaba registrado como un "restaurante para cenas", por lo cual y de acuerdo a la normativa municipal, podía estar abierto hasta la medianoche.