Villafranca de los Barros ya tiene su primer hijo adoptivo, el torero extremeño Miguel Angel Perera que asistió agradecido al acto celebrado en su honor en el Ayuntamiento de Villafranca de los Barros. Con tan sólo veinticinco años y una destacada trayectoria en el mundo taurino, el joven diestro nacido en la cercana localidad de Puebla del Prior, se educó con los jesuitas de Villafranca durante gran parte de su infancia y adolescencia.

La propuesta para su nombramiento como hijo adoptivo de Villafranca fue presentada hace un año por el grupo municipal popular en pleno ordinario y recibió el voto favorable del equipo de gobierno, del grupo popular y la abstención de Ciudadanos de Villafranca. Esta semana, junto a sus familiares, muchos amigos y aficionados, participaron en el acto institucional donde se leyó e hizo efectivo dicho nombramiento que por primera vez se otorga en Villafranca de los Barros.

El alcalde de la localidad, Ramón Ropero, destacó "las cualidades humanas y méritos personales" del diestro. Perera agradeció el reconocimiento. "Mi corazón está dividido entre Puebla del Prior, donde están mis raíces y Villafranca de los Barros donde me eduqué y donde empezó mi relación con el mundo taurino", expresó en su intervención.