Una familia británica deberá indemnizar a la empresa hotelera Thomas Cook con 3.744 libras (4.188,2 euros) después de que un juez del Liverpool (Inglaterra) haya desestimado una reclamación falsa por enfermedad sufrida por los turistas en sus vacaciones en un hotel de Canarias en el 2013.

La pareja, Julie Lavelle y Michael McIntyre, reclamó una indemnización de 10.000 libras (11.186,5 euros) por una supuesta intoxicación que sufrieron ellos y sus dos hijos en España, culpando a la mala comida e higiene del hotel donde se alojaban durante sus vacaciones en Gran Canaria. El matrimonio alegó que sus síntomas continuaron después de haber vuelto a Reino Unido.

El juez desestimó la denuncia y concluyó que no había pruebas creíbles de que ellos o sus dos hijos hubieran sufrido tal intoxicación en sus vacaciones en España. Ahora, los que tendrán que pagar serán ellos. Tras la victoria en los tribunales, el director general de Thomas Cook, Chris Mottershead, ha declarado a los medios británicos que «este caso sigue un patrón cada vez más común para estas reclamaciones, con una enfermedad comunicada mucho después de haber finalizado sus vacaciones, sin ninguna prueba médica o de otro tipo para apoyar la versión». Según la legislación británica, los turistas de Reino Unido pueden realizar las reclamaciones fuera de su país hasta tres años después de haber abandonado el lugar donde pasaron sus vacaciones.

Las reclamaciones falsas de los turistas británicos por intoxicaciones alimentarias sufridas durante sus vacaciones en Canarias se han multiplicado un 1.400% en tan solo un año. Este repentino aumento ha provocado que algunos hoteles hayan tenido que desembolsar hasta 500.000 euros para hacer frente a este tipo de denuncias, lo que puede ser una lacra para el sector turístico no sólo de España, sino también de otros destinos europeos como Italia, Grecia o Portugal.