Una tarjeta diseñada por científicos españoles y recién lanzada al mercado, con un precio medio de entre 200 y 300 euros, lleva insertado un listado de los medicamentos más aconsejables para su titular, de acuerdo a un análisis individual de aquellos genes implicados en el metabolismo de los fármacos.

Este novedoso dispositivo, que físicamente es como una tarjeta de crédito, permite a cada uno de sus titulares transportar de forma cómoda y sencilla su información farmacogenética allá donde vaya.

De ese modo, su titular podrá compartir esa información con todos aquellos profesionales de la medicina a los que acuda, y tener así garantizada la prescripción del medicamento adecuado de por vida, ya que el genoma no cambia.

Un enfermo al que se le vaya a tratar con quimioterapia o cualquier otro que tenga que ser intervenido quirúrgicamente de urgencias son algunos de los muchos casos que confirman la trascendencia de este dispositivo.

Así lo ha explicado a Efe uno de los responsables del desarrollo de esta tarjeta y del proyecto farmacogenético en el que se inscribe, el doctor Ramón Cacabelos, director general del Centro de Investigación Biomédica del grupo EuroEspes.

Según este experto en neuropsiquiatría, los datos que se insertan en la tarjeta se determinan en función de un sencillo análisis genético, obtenido a partir de sangre o de epitelio bucal del individuo, y que en sólo unos quince días, ha sido procesado para desvelar el perfil farmacogenético de la persona.

En el genoma humano hay entre 200 y 400 genes que regulan el metabolismo de los fármacos tomados habitualmente (aspirina, paracetamol, antibióticos, anticancerosos).

Cada persona tiene un perfil metabólico determinado, y en base al mismo los científicos clasifican de acuerdo a cuatro tipos de metabolizadores.

Los metabolizadores normales son aquellos que responden de acuerdo a lo que se expone en el prospecto del fármaco y tienen intacto el genoma, y los intermedios tienen un defecto en el gen que compromete el 50 por ciento de su efectividad.

En tercer lugar están los metabolizadores pobres, relacionados con una mutación completa del gen y sin capacidad de procesar el medicamento, y finalmente, los ultra-rápidos, con el gen multiplicado, que son destructores del medicamento nada más ser suministrado.