Los mensajes de la Organización Mundial de la Salud (OMS) sobre la evolución del nuevo virus gripal no están siendo todo lo precisos y confiables que se esperaría de una institución que, en situaciones como esta, debe dar una cierta unidad de acción a los gobiernos. El director adjunto del organismo, Keiji Fukuda, alertó ayer, de nuevo, sobre la incierta evolución que puede tener el virus A/H1N1 en las próximas semanas o meses, y aportó un dato intranquilizador, algo alarmante: "Estimamos, de forma razonable, que un tercio de la población mundial 2.000 millones de personas sufrirá la infección por el nuevo virus --dijo Fukuda--. Aunque hasta ahora la mayoría de los casos han sido leves, la situación puede cambiar, y no sabemos cuánta gente desarrollará neumonía grave o morirá".

Esta amenaza se sumó a las desafortunadas advertencias lanzadas el miércoles por el responsable de alimentación del organismo, Jorgen Schlundt, quien, prescindiendo de las múltiples indicaciones científicas en sentido contrario, aconsejó no comer carne de cerdos con gripe. Los preocupantes mensajes de la OMS, opinan los expertos, tienen como finalidad que los gobiernos no reduzcan su nivel de vigilancia, menos tensa en las últimas 72 horas a la vista de la clara curva decreciente de las cifras de nuevos infectados y el freno de las muertes.

MAS FEROZ Pero el virus A/H1N1 se dirige al hemisferio sur y, sumado a la gripe de la estación invernal que también se acerca a esa zona del planeta, podría desembocar en una complicada epidemia ante la que la OMS pretende que todo el mundo esté atento. "Tenemos que seguir vigilantes y saber que el virus al que nos enfrentamos podría cambiar fácilmente y ser mucho más feroz --intervino David Nabarro, portavoz de la ONU--. No debemos relajarnos. La gripe de 1918 también empezó de forma suave y acabó causando la muerte a 40 millones de personas".

Los mensajes "son algo alarmantes y van en la dirección contraria a las últimas indicaciones del Centro de Control de Enfermedades (CDC, en sus siglas en inglés) de Atlanta (EEUU) y a las de la UE, que son quienes tienes datos fiables", afirmó Tomás Pumarola, microbiólogo del Hospital Clínico de Barcelona. "Aquí estamos muy tranquilos --prosiguió Pumarola--. La cifra de infectados desciende y, aunque en el hemisferio sur haya el próximo invierno un poco más de gripe de lo habitual, no tiene por qué causar más muertes que otros años".

En el otro frente informativo, la directora de salud pública de la OMS, María Neira, recuperó el mensaje de que el virus A/H1N1 se transmite a través del aire, de persona a persona o de cerdo a persona y viceversa, no por comer la carne de un cerdo infectado. "Se puede comer jamón y carne de cerdo", dijo, desmintiendo a su colega Schlundt, quien, no obstante, fue defendido por el superior de ambos, Keiji Fukuda. "Schlundt no fue bien entendido --dijo Fukuda--. Nuestro mensaje es este: comer cerdo no es peligroso para las personas, cocinándolo bien. Por supuesto que no hay que consumir carne de animales que no se sabe de qué han muerto". Pero no se hablaba se eso, porque el virus gripal no mata a los cerdos.

"PROBLEMA ZANJADO" La FAO --Organización de Naciones Unidas para la Alimentación-- reiteró esa misma idea. La misma posición adoptó ayer el Gobierno de Rusia, que anunció que "en breve" levantará el veto a la carne de cerdo y sus derivados procedentes de España. "El problema está zanjado", aseguró Carlos Escribano, director general de Recursos Agrícolas y Ganaderos del Gobierno español.

Científicos y políticos europeos repitieron lo que están diciendo desde hace una semana: "El calor que normalmente se alcanza al cocinar la carne elimina cualquier virus --dijo Peter Ben Embarek, experto de Salud Alimentaria en la OMS--. Comer carne de cerdo cocida o en embutido no expone al consumidor a una infección por el virus A".

La portavoz sanitaria de la Comisión Europea, Nina Papadoulaki, intervino y reiteró que "todos los productos porcinos que llegan a la cadena alimentaria son seguros, sobre todo si proceden de la UE, donde se aplican los controles más rigurosos".

La ministra española de Sanidad, Trinidad Jiménez, calificó de "irresponsables" las informaciones que relacionaron la carne de cerdo con la gripe A. "Es como si dijéramos que el virus que conocemos en este momento puede transformarse en otro más agresivo: ya lo sabemos, pero también que todas las personas evolucionan bien", dijo.