Los 31 pasajeros que tomaron el Vuelo Badajoz-Barcelona a las 14.55 horas de ayer desde el aeropuerto pacense estaban informados de los nuevos controles en los aeropuertos, como no llevar líquidos, o pasar por el escáner el abrigo, el portátil o demostrar que el líquido que se lleva es alimento infantil o medicina con receta. Sólo una joven pasó un envase con el biberón de su hijo, que tuvo que meter en una bolsita de plástico transparente.

Todos los consultados sabían que ayer entraba en vigor una nueva ley y la mayoría aceptaba el cambio de molestias por seguridad. Prueba de ello es que muchos, si no todos, habían optado por facturar el equipaje completo, salvo excepciones como la de la citada madre con su niño de poco más de un año, "el tercer Alfredo Vara", lo presentó su abuelo. Otra joven que viajaba con su pareja, Aurora Sánchez, supervisora de tiendas, lo explicó así: "Conocía las nuevas medidas de seguridad y me parecen molestas, pero como no se puede llevar ni colonia, ni gel, ni nada, he optado por facturar todo el equipaje, para evitar problemas".

Pero en los vuelos de la mañana, tanto a Madrid como a Barcelona, contaba el sargento de puesto de seguridad del aeropuerto, "hubo al menos 10 o 12 personas que tuvieron que depositar líquidos en la bolsita transparente; de todos, sólo uno llevaba la su propia, y pasó bien; otros dos tuvieron que volver a los mostradores para facturar de nuevo". El resto no llevaban líquidos y habían facturado el equipaje.

En el aeropuerto, AENA había depositado folletos informativos sobre las mesas de la sala de espera y junto a los mostradores de facturación. También Iberia había colocado carteles explicativos de las nuevas medidas. Sobre otro tipo de elementos, el sargento de la guardia civil, que prefiere no dar su nombre, explicó que "en la mañana, al menos 15 o 20 pasajeros llevan ordenadores portátiles, a la vista, los llevan casi todos porque son empresarios y ejecutivos".