En un ritual utilizado para consultar los oráculos de religiones cubanas con raíces africanas, los caracoles están siendo tirados de una punta a otra de Cuba, con el fin de tratar de desentrañar qué simboliza la llegada a esta isla empobrecida del tercer huracán de la temporada. Los dos anteriores --Ike y Gustav -- ya causaron pérdidas por valor de 8.000 millones de dólares (6.250 millones de euros). Para colmo, este nuevo meteoro se denomina Paloma .

El huracán, que ayer se encontraba en las islas Caimán y que ya ha alcanzado la categoría cuatro (de un máximo de cinco), puede alcanzar ráfagas de viento a una velocidad máxima de 230 kilómetros por hora. Es "un huracán extremadamente peligroso", anunció ayer el estadounidense Centro Nacional de Huracanes, con base en Miami.

La Defensa Civil que, coordinada con los medios de comunicación, constituye el principal instrumento para tratar de amortiguar el golpe de los huracanes ha colocado en su fase máxima de alarma ciclónica a cinco provincias del centro y el este de la isla, entre ellas Santiago de Cuba.