Los obispos ofrecieron ayer un signo de moderación y otro de continuismo en la senda conservadora. Como séptimo miembro de su Comité Ejecutivo, el órgano central de gobierno, la Conferencia Episcopal Española (CEE) eligió para sustituir a Antonio Cañizares a Juan del Río, arzobispo castrense, un prelado de perfil centrista que encarna ese clima de diálogo en las relaciones Iglesia-Estado por el que abogan tanto el Gobierno socialista --criticado de nuevo el lunes pasado por el cardenal Antonio María Rouco Varela-- como el propio Vaticano.

OTRO CAMBIO Pero en el segundo relevo de importancia de esta asamblea plenaria del episcopado, para presidir la Comisión Episcopal para la Doctrina de la Fe, nuevo nombre del antaño tan temido Santo Oficio de la Inquisición, la jerarquía eclesiástica optó por Javier Martínez, arzobispo de Granada, quien fue el primer prelado español en sentarse en el banquillo de los acusados, tras ser denunciado por un sacerdote de su diócesis.