Pizzas, hamburguesas, bocadillos, ensaladas... viajan en moto a toda velocidad por las calles de cualquier localidad para cubrir demandas de clientes de la llamada comida rápida. Pero, por qué no unos garbanzos, lentejas, fabada o una buena carrillada. Pués también. Y de eso se encarga Manuela, una abuela que se ha instalado en Mérida y que surte de buenas viandas caseras como solamente saben hacer las abuelas, en el puchero de toda la vida. La Abuela Manuela es un local que sirve comida de este tipo, sobre todo garbanzos, fabada, carrillada y magras, que son los platos más demandados, por un precio que oscila entre los 3,90 y los 4,20 euros, y que por 1,5 euros más la llevan a la casa del cliente.

Esta nueva franquicia ya sabe lo que es dedicarse al sector de la restauración, ya que nace bajo los auspicios de una empresa ya consolidada en España como es Dehesa Santa María, cuyos responsables emprenden ahora esta aventura porque "últimamente se había perdido un poco el gusto por la cocina tradicional, desplazada principalmente por el aluvión de conceptos de comida rápida que han llegado a nuestro país de un tiempo a esta parte", comenta Vicente Elices, director de La Abuela Manuela.

Por ejemplo, la ternera ecológica en salsa tiene un precio de 4,90 euros (400 gramos); al igual que el pollo de corral; 350 gramos de carrillada de ibérico tiene un coste de 4,20 euros y medio kilo de costillas adobadas cuesta 3,90 euros.

Además, la calidad es otra de de las bazas de esta firma, por lo que cuida mucho la selección de los ingredientes "y todos los productos que utilizamos son naturales con denominación de origen"; además, "todas las recetas se elaboran en puchero para mantener intacto el sabor de cada una de ellas", indica Elices.

Esta cocina a fuego lento alimenta un plan de expansión nacional, que puede seguir con la puesta en marcha de un establecimiento en Badajoz, y antes de que termine este año abrir en Madrid y Guadalajara. Así hasta alcanzar una red de veinte establecimientos a medio plazo.

Y todo por franquicias, de 90.000 euros para locales de 80 metros cuadrados en ciudades de más de 30.000 habitantes.