La policía alemana ha descubierto la mayor red de distribución de pornografía infantil a través de internet, que se extendía a través de

166 países, entre los que se encuentra España, y que contaba con la participación de 26.500 internautas pedófilos.

La operación policial, bautizada con el nombre de Marcy e iniciada en la ciudad alemana de Magdeburgo (estado de Sajonia-Anhalt), se orientó en primer lugar contra 530 sospechosos residentes en Alemania, cinco de los cuales están acusados de haber abusado sexualmente de menores. Aunque la operación Marcy se inició en Magdeburgo, se extendió a otras ciudades alemanas, donde de forma coordinada se registraron 502 viviendas. La policía se apoderó de 745 ordenadores, 35.500 discos compactos, 8.300 discos duros y 5.800 vídeos. Sólo en en el estado de Baviera, uno de los detenidos tenía en su poder 26.000 fotos con pornografía infantil.

El ministro de Justicia de Sajonia-Anhalt, Curt Becker, destacó la brutalidad del material incautado ya que incluso se habían encontrado fotos "de un bebé de sólo 4 meses". El fiscal general de Sajonia-Anhalt, Jürgen Konrad, afirmó que los sospechosos son personas que pertenecen a todas las profesiones y capas sociales. Afirmó que "también hay maestros y educadores, cinco policías y un miembro de la guardia fronteriza alemana".

ACUSADOS

La mitad de los acusados han confesado su delito y en muchos casos se trata de personas con antecedentes policiales por pederastia y abusos sexuales. La policía investiga ahora si habían formado una organización delictiva para la difusión de pornografía infantil. En ese caso, los afectados pueden ser condenados a hasta diez años de prisión.

LA PRIMERA PISTA

La primera pista la consiguió el año pasado la policía de Magdeburgo cuando descubrió un grupo de personas que intercambiaban pornografía a través de internet. Las investigaciones posteriores permitieron comprobar que poseían una enorme cantidad de imágenes y más de 4.000 direcciones de personas con las que las intercambiaban. El análisis de las direcciones sirvió para descubrir que el grupo tenía alcance internacional y que contaba con personas relacionadas con el tráfico de pornografía, sobre todo en EEUU. Un moderador se encargaba de controlar de que todos los que entraban en el grupo no sólo recibían imágenes, sino que también debían suministrarlas.

Los que no aportaban nuevo material eran expulsados. Además, todos ellos disponían de una palabra clave para acceder al grupo.

La justicia alemana exigió a un conocido proveedor de Internet que facilitara las direcciones de los integrantes de 38 grupos de distribución de porno infantil.