El Juli abrió ayer la última puerta grande de la feria de Albacete tras desorejar al único toro propicio de una descastada y deslucida corrida de Daniel Ruiz, con la que tanto Alejandro Talavante (silencio y estocada ligeramente caída y ovación) como Cayetano Rivera se fueron de vacío.

El primero de Talavante, un toro muy agarrado al piso y tirando derrotes antes, incluso, de arrancarse. No tuvo ni un adorno, y en vista lo cual, el extremeño se fue pronto a por la espada.

Con su segundo, el quinto de la tarde, un toro descastado y mortecino anduvo más comprometido en una faena de chispazos sueltos, pero a la que, como al toro, le faltó continuidad.

Y Cayetano cerró la feria con un silencio sepulcral tras quedar inédito con un sexto poco franco para el lucimiento.