El torero José Tomás recibió ayer el alta médica de la grave cogida sufrida el 24 de abril en la plaza de Aguascalientes (México) y que estuvo a punto de costarle la vida. El torero aún no regresará a España y empezará su recuperación en la casa que tiene en la localidad mexicana acompañado de sus padres y de su novia, Isabel. El diestro abandonó el Hospital Miguel Hidalgo de Aguascaliente dando las gracias a los médicos, a la afición mexicana y española, que ha estado pendiente de su salud, y a la virgen de Guadalupe. "Soy consciente de que hoy estoy aquí gracias a esas manos tan oportunas que en el ruedo taponaron mi herida, al equipo médico que me atendió, sin ellos no me hubiera podido agarrar a la vida con la fuerza que me agarré y, por supuesto, a la virgen de Guadalupe", declaró a las puertas del centro médico.

Tomás dijo emocionado: "Ahora hay sangre mexicana en mis venas, me siento mexicano de adopción. No se puede uno sentir más mexicano y más agradecido". Y dio las gracias a los cientos de ciudadanos que acudieron a donar sangre.