El guardaespaldas que sobrevivió al accidente que costó la vida a la princesa Diana de Gales, Trevor Rees, afirmó hoy que no va a hablar con la prensa con motivo del décimo aniversario de la tragedia.

Los abogados de Rees dijeron, a través de un comunicado, que al acercarse el aniversario de la muerte de la princesa de Gales, Trevor Rees desea manifestar que no concederá ninguna entrevista a los medios ni hará más comentarios relacionados con los hechos del 31 de agosto de 1997". El ex guardaespaldas de Lady Di, añade la nota, "pide que se respete su intimidad y, particularmente la de su familia, en estos momentos y en el futuro".

Rees, conocido antiguamente como Trevor Rees-Jones (perdió el segundo apellido tras su divorcio), iba en el asiento delantero de la limusina Mercedes en el que viajaba Diana cuando ocurrió la fatídica colisión contra el Puente del Alma de París el 31 de agosto de 1997. La princesa, cuyo vehículo había sido perseguido por varios paparazzi, falleció junto a su novio, Dodi Al Fayed, hijo del millonario dueño de los grandes almacenes londinenses Harrods, Mohamed Al Fayed, y el chófer Henri Paul.

Trevor Rees -contratado por Al Fayed como guardia de seguridad en Harrods, si bien acabó mal con su jefe después de la desgracia- logró salvar la vida, pero sufrió graves heridas en la cabeza y el pecho, así como numerosas fracturas óseas. El entonces guardaespaldas llegó a perder temporalmente toda noción del suceso, aunque después fue recuperando gradualmente la memoria.

Pese a su celosamente guardada vida privada, Rees publicó en 2000 un libro, "The Bodyguard's story" ("La versión del guardaespaldas"), en el que rechazaba las teorías conspiratorias del accidente, defendidas a capa y espada por Mohamed Al Fayed. Tras el siniestro, el sentimiento de culpa por haber sobrevivido le persiguió y, durante muchas noches, no podía evitar despertarse repentinamente, agitado por los recuerdos de aquel 31 de agosto fatídico.

En 2004, diversas informaciones periodísticas aseguraron que Rees se encontraba trabajando como experto de seguridad en Irak. A pesar de su nula disposición a hablar del accidente, Trevor Rees tendrá que testificar en la investigación judicial británica sobre la muerte de Diana, que empezará el próximo octubre.

Las pesquisas judiciales empezaron en 2004, pero el entonces juez de instrucción Michael Burgess -que dimitió del caso- decidió postergarla hasta que la Policía terminara su investigación.

Dirigida por el ex comisario de Scotland Yard John Stevens, la indagación policial concluyó que Diana, Dodi y el chófer del Mercedes murieron en un "accidente trágico" y que "no hubo una conspiración".