El irregular movimiento de rotación de la Tierra provocará que el último minuto del año 2005 dure exactamente 61 segundos, según una convención internacional que se repite ocasionalmente para equilibrar el desfase entre el horario oficial o tiempo universal coordenado

(UTC) y el tiempo natural (UT1). En la España peninsular, el segundo intercalado o leap second, como se conoce en inglés, no se aplicará hasta una hora después debido al actual huso, equivalente a Greenwich o GMT +1, es decir, de las 00.59.59 se pasará a las 00.59.60 y luego a las 01.00.00.

El imperceptible cambio horario, que no se aplicaba desde hacía siete años, obedece a que el movimiento orbital de la Tierra tiende a ser cada vez más lento y, por tanto, los días reales son más largos (exactamente, 1,7 milisegundos de retraso por siglo). De hecho, según parece, un día de hace 400 millones de años duraba 22 horas, mientras que se acercará a 25 en cuanto pasen otros 200 millones de años, aunque por aquel entonces igual ya no queden humanos que puedan comprobarlo.

La principal razón del retraso son las mareas, cuya fricción afecta al discurrir normal de la rotación, aunque también parece desempeñar un papel importante la interacción entre el núcleo y el manto terrestre. La ciencia moderna dispone de herramientas precisas para detectar el desfase, pero no es sencillo preverlo con anterioridad y, de hecho, el leap second se aplica cuando se acumula un desequilibrio de nueve décimas.

Desde el primer segundo intercalado, que se añadió en 1972, la medida se ha aplicado en otras 22 ocasiones, aunque ahora llevaba ya siete años sin repetirse. Normalmente se elige el 31 de diciembre o, más raramente, al 30 de junio. También se ha previsto eliminar un segundo en caso de que se detectara una aceleración.

El encargado de regular todo el sistema es el Servicio Internacional de los Sistemas de Rotación y Referencia de la Tierra, creado en 1987.