R. L. C, de 51 años y etnia gitana, se convirtió ayer en la víctima número 55 de la violencia machista, la misma cifra que en todo el 2009. Este año no solo ha traído consigo un trágico repunte de los ataques machistas, sino que ha puesto de manifiesto que hay una gran bolsa de mujeres que sufre golpes durante años en silencio, sin compartir su dolor con las autoridades. De las 55 víctimas, solo 13 habían denunciado a su agresor, lo que dificulta su auxilio.

"Si no somos conscientes de que están sufriendo, el sistema de protección no puede actuar", reiteró ayer la ministra de Igualdad, Bibiana Aído, quien hizo un llamamiento al entorno de las víctimas a que "denuncien por ellas". Según el delegado del Gobierno contra este tipo de agresiones, Miguel Lorente, el perfil de las víctimas indica que pierden la vida sobre todo aquellas que llevan tiempo sufriendo los golpes. En el pasado había más víctimas jóvenes y en proceso de separación, mientras este año casi el 50% tenía más de 41 años y el 63% convivía con sus parejas. Según sus datos, cada vez hay más mujeres que no entran en el círculo de la violencia o que salen de él, "el problema es llegar al colectivo más complicado, el de las que llevan más tiempo aguantando los malos tratos".

Coincide con este diagnóstico la presidenta del observatorio contra la violencia machista, Inmaculada Montalbán, quien reclama que se mejore la formación de los profesionales de las redes asistenciales de los barrios y de los centros de salud, dado que son los que primero pueden detectar el problema. Asimismo la vocal del Poder Judicial pide a Igualdad que "intensifique" el trabajo para ayudar a las inmigrantes, ya que el 40% de las víctimas eran extranjeras.

LA OPOSICION El PP, por su parte, pidió la comparecencia urgente de Aído para que justifique el aumento de la cifra de víctimas y qué ha fallado para que no se haya impedido la muerte de las que contaban con medidas de protección.