Hacer televisión en España no es un negocio ruinoso, al menos en lo que se refiere a las tres grandes cadenas privadas: Antena 3 TV, Tele 5 y Canal+. Frente al déficit galopante al que se enfrenta Televisión Española (TVE), las tres emisoras privadas han logrado acumular, en el periodo de 1998 al 2001, unos beneficios de 114.000 millones de pesetas (poco más de 685 millones de euros). Sin embargo, estos beneficios se han hecho a costa de confeccionar las franjas de mayor audiencia en función de los intereses de los anunciantes, por delante de otras consideraciones.

La conclusión forma parte de un estudio sobre La mercantilización de la televisión española , elaborado por la doctora en Ciencias de la Comunicación de la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB) Laura Bergés, que ha obtenido el primer premio a la Investigación, en la 17 edición de los premios del Consejo del Audiovisual de Cataluña (CAC). El trabajo realiza un análisis económico y financiero de TVE, Antena 3 TV, Tele 5 y Canal+ entre 1990 y el 2000, los 10 primeros años de televisión privada en España.

Al referirse a esta década subraya que "los intereses de los grandes anunciantes de disponer de un medio de comunicación masivo condiciona una apuesta por la máxima audiencia al mínimo coste posible, con modelos de programación convergentes y con un ritmo lento de innovación". De este proceso únicamente se escapa La 2, "al no estar condicionada por los intereses de los anunciantes", destaca el trabajo.

INCREMENTO DE COSTES

Para justificar la influencia, el estudio revela que son los anunciantes los que soportan el aumento de los costes del sistema televisivo español, que ha pasado de los 84.000 millones de pesetas de TVE en 1989 a más de 400.000 millones en el 2000.

El estudio también muestra que, en una década, las cuatro cadenas han reducido los gastos de personal del 29% en el 1991 al 18% en el 2000. La mitad de este porcentaje corresponde a TVE. Y respecto a la cadena pública, concluye que la falta de recursos y la obligación de dar más peso a las funciones informativas y divulgativas ha frenado la capacidad de TVE "por definir un modelo diferenciado de televisión comercial".