Según reconoció a este diario un alto directivo de una cadena hace ya más de un año, hay situaciones en las que contraprogramar sale a cuenta. Es decir, es mejor arriesgarse a pagar la multa (que no siempre se sanciona) y cambiar lo que te interese, porque si sale bien y robas audiencia a la competencia te ahorras muchos más millones de los pueden caer por infringir la ley. Cualquier ejemplo es clarificador. La sanción media por contraprogramar en el 2002 salía a unos 75.392 euros (alrededor de 12,5 millones de pesetas). Si el precio de una hora de una serie en franja de máxima audiencia es de 360.000 euros (60 millones de pesetas), se comprueba que, al menos en España, esta ley es una pura anécdota.