Esta cifra corresponde al 48,5% de la audiencia de Estados Unidos que el 23 de enero (día de la final de fútbol americano) estaba ante la televisión. Ese día, cada espot de 30 segundos costó 2,2 millones de euros (unos 366 millones de pesetas). El récord de la Superbowl se mantiene en la edición del año 1996: aquel partido congregó a un total de 138,5 millones de fans.