Casi la mitad del dinero que se invierte en el sector recreativo digital (el 48,8%) tiene que ver con eventos deportivos, mientras que el espacio que ocupa el póquer se ha reducido al 20,8%. De esta manera, las apuestas sobre todo a partidos de fútbol han arrebatado a la clásica partida de cartas la hegemonía del juego online. Son los últimos datos ofrecidos por la dirección general de Ordenación del Juego (perteneciente al Ministerio de Hacienda y Función Pública). Las mismas cifras reflejan que hace sólo tres años estos porcentajes eran a la inversa, lo que evidencia el rápido crecimiento de una práctica que reúne ya a una legión de seguidores en todo el país y que mueve ingentes cantidades de dinero.

El incremento es, aproximadamente, del 30% cada año, según los datos que barajan las empresas del gremio.

Otro dato revelador es que en España, dos de cada 10 euros que se dedican al juego, presencial y digital, acaban en las casas de apuestas. Una realidad que inquieta y tiene en alerta a las autoridades sanitarias. De hecho, el apostador ya está distinguido como una de las tres categorías patológicas que existen en este ámbito (las otras dos son el tradicional jugador presencial y el del entorno online en sentido genérico).

El jugador compulsivo digital y el de apuesta vía internet tienen en común que en el 95% de los casos son hombres de entre 16 y 30 años y con más estudios y mayor poder adquisitivo que el jugador tradicional. REDACCIÓN