Pese al inusitado interés que viene despertando desde hace años la energía eólica en Extremadura, la Junta ha dejado claro que las sierras de la región no se van a llenar de molinillos por todas partes. Por un lado, los requisitos de creación de empleo que baraja imponer el Ejecutivo regional puede que disuadan a alguna empresa hasta ahora interesada que no vea viable la inversión y, por otro, el propio borrador establece unas "zonas de exclusión". Se trata de un total de 15 áreas "que por su sensibilidad ambiental no resultan adecuados para el establecimiento de este tipo de instalaciones", por lo que "no se autorizarán proyectos para la construcción de parques eólicos que pretendan establecerse en esas zonas".

La mayoría de las zonas vetadas a la energía eólica son zonas especiales de protección de aves (Zepas), lugares de interés común (LIC), conjuntos de gran riqueza paisajística (valle del Jerte) o medioambiental (parque de Monfragüe). Repartidas por toda la región, no se instalarán molinillos en los espacios protegidos cercanos al Tajo, a las sierras de la Villuercas e Ibores, a los Llanos de Cáceres y sierra de Fuentes, a numerosas zonas de las Hurdes y al parque de Monfragüe. Estas en la provincia de Cáceres. En Badajoz tampoco se instalarán en el área del parque natural de Cornalvo, en las diferentes sierras del sur de la provincia (Llerena, Bienvenida, Azuaga, Monesterio, Segura de León y Fregenal), en las zepas que van desde Jerez a Salvatierra de los Barros pasando por Alconera, en las cabeceras del río Gévora, en el embalse de Alange y en gran parte de la zona este de la provincia pacense (La Serena, Orellana, sierra de Pela).