El drama, en forma de lenguas de fuego de más de 10 metros de altura, pasó a apenas 50 metros del inmueble donde dormía Yoraima, acompañada de su marido y su hijo de seis años. Por fortuna y gracias a la intervención de los servicios de extinción, esta vez las llamas no han convertido el desastre ambiental en catástrofe humana. Aunque faltó poco. La Guardia Civil tuvo que desalojar ayer, en plena madrugada, a un centenar de vecinos del municipio cacereño de Valverde del Fresno debido a la cercanía de un incendio al casco urbano. El pueblo pasó la noche en vela hasta que, con las primeras luces del día, el viento terminó alejando las llamas de las viviendas y los bomberos y retenes lograron frenar su avance tras haber calcinado cientos de hectáreas de olivar y, sobre todo, pinar en este pueblo de la sierra de Gata.

La alerta saltó poco antes de las 12 de la noche del jueves al viernes. Las llamas comenzaron en el paraje conocido como Barroco-Marcos, dos kilómetros al norte del municipio, de 2.500 habitantes. El fuerte viento, con rachas de hasta 70 kilómetros por hora, hizo el resto.

El fuego se extendió rápidamente por el monte, reforestado hace unos meses, y alcanzó los mantos de pinar que bordean la carretera comarcal CC-65, que comunica con la provincia de Salamanca. Aire y pinos: pólvora pura. Avanzó en dirección suroeste, amenazando los núcleos de viviendas de los barrios de San Blas y Buenavista, los puntos más altos de la localidad. Esto hizo activar el nivel de alerta 2 de Protección Civil y desalojar a los vecinos. Cerca de un centenar fueron trasladados al pabellón municipal, donde pasaron la noche hasta que, a partir de las 6 de la mañana, se les permitió volver a sus hogares. Otros se resistieron a abandonar sus casas y permanecieron en los barrios afectados, humedeciendo los inmuebles y sus alrededores con mangueras, pese a la insistencia de la Guardia Civil para que abandonaran el lugar.

AYUDA PORTUGUESA Los retenes contraincendios consiguieron frenar el avance del fuego hacia las casas y el viento, que sopló con intensidad toda la noche, condujo las llamas hacia el suroeste, en dirección a la cooperativa Acenorca --que no se vio afectada-- y la carretera Ex-205, que comunica con Portugal. Como una colada de lava, las llamas progresaron ladera abajo, alcanzando una zona de olivar. La posibilidad de que llegase a la sierra de la Malvana y al paraje protegido de la Malcata, ya en Portugal, obligó a avisar a las autoridades lusas. Desde ese momento, mediada la madrugada, retenes portugueses de Penamacor, Idanha-a-Nova y Castelo Branco se incorporaron a las labores de extinción, en las que también han participado efectivos de la Junta de Castilla y León, del Ministerio de Agricultura y Medio Ambiente y, desde las siete de la mañana de ayer, 70 miembros de la Unidad Militar de Emergencias con seis camiones autobombas y dos nodrizas. Con las primeras luces del día entraron en acción los medios aéreos: 11 helicópteros y cuatro hidroaviones.